23 mar 2016

Ruta circular en la Isla de Ons



El Parque Nacional Marítimo de las Islas Atlánticas, ubicado en las Rías Bajas, lo componen los archipiélagos de Las Cíes, Las Ons, Salvora y Cortegada.

Hoy hemos ido a visitar la isla de Ons y sus islotes, Onza, O Centolo y As Freitosas.  El archipiélago de Ons está situado en la entrada de la Ría de Pontevedra protegiéndola de los temporales que llegan a través del Océano Atlántico.

La Isla de Ons  mide 5,9 km de largo por 1,3 km de ancho y en su máxima altura se encuentra el faro, a 119m. La costa occidental está formada por acantilados de suaves caídas donde anidan los cormoranes moñudos y las gaviotas patiamarillas, aves propias de esta zona. La costa oriental tiene zonas rocosas de baja altura y está salpicada de arenales de los que destacan la playa y las dunas de Melide.


La Isla de Ons ha estado siempre habitada. Se han encontrado vestigios de la Edad de Bronce; hay un castro aún sin excavar en la zona de Canexol, el Castelo dos Mouros, que conserva todavía su estructura defensiva circular; en la zona norte hay un castro de dimensiones más pequeñas, A Coba da Loba. 

De la Edad Media nos ha llegado un sepulcro antropomorfo, Laxe do Grego, situado en una roca de la playa de Area dos Cans, que hace pensar en la existencia de un convento o de algún eremita, pues aunque no haya llegado a nuestros días ningún documento que lo pruebe, la tradición dice que la tumba perteneció a un monje. La tapa del sepulcro fue sacada de su lugar por un fuerte temporal y recogida por un habitante de la isla que la guardó en su casa. Ahora la podemos ver en el Centro de Interpretación de la isla.

Durante la Guerra de la Independencia se construyeron dos baterías defensivas, el Castelo das Rodas en el norte y la fortaleza de Pereiró al sur, pero poco se conserva de ellas, pues las piedras se utilizaron para la construcción de las nuevas viviendas de los colonos venidos de Bueu y de Cangas.


Navegando a vela desde Sanxenxo, llegamos a la isla. Amarramos el barco en una de las boyas que hay en el puerto y bajamos a tierra en la auxiliar.

La isla en esta época (marzo), está muy tranquila porque todavía no hay ferries que la unan a tierra firme, por lo que solo se puede acceder a ella en barco particular. 


Comenzamos nuestra ruta en la playa de As Dornas situada en el puerto. Tomamos dirección norte, subiendo unos escalones para adentrarnos en un pequeño bosque de sauces, con una pradera de tonos amarillos a causa de las flores de los vinagrillos que ya, en marzo, crecían por toda la isla. 


Llegamos al Mirador do Castelo donde encontramos las ruinas de una de las antiguas baterías de la Guerra de la Independencia. Desde aquí podemos disfrutar de unas hermosas vistas del puerto, de la costa oriental de la isla y de la Ría de Pontevedra.



Nos separamos de la costa siguiendo un sendero ascendente, atravesado por un pequeño regato, La Fonte do Castelo, alcanzando el camino principal que lleva a la parte norte de la isla.


El camino nos lleva bordeando los acantilados y cruzando un bosque de eucaliptos, hasta la playa nudista de Melide. Nos dificultaron el paso, los árboles caídos en los últimos temporales que estaban atravesados en el sendero.

La playa de Melide de arena blanca y aguas transparentes y frías, es el arenal más hermoso de la isla. Es un lugar salvaje y tranquilo, alejado del núcleo urbano, en el que aprovechamos para descansar y disfrutar un rato del sonido de las olas en la arena.



Desde aquí se puede llegar al mirador de O Centolo, para contemplar la cercana la costa de San Vicente y las playas de La Lanzada y  Pragueira. 
La parte occidental de la isla, al ser la más agreste y solitaria, es la zona de cría de las aves que aquí viven y como desde el 15 de febrero al 31 de julio, el acceso al mirador se encuentra restringido por ser la época de anidación de cormoranes y gaviotas, nosotros tuvimos que dejar este pequeño trayecto para otro momento. 

Retomamos el camino hacia el suroeste para recorrer la parte occidental de la isla. 


Como las gaviotas ya se están emparejando y comienzan a construir sus nidos, no les gustó vernos pasear por su territorio por lo que sus gritos de aviso y sus vuelos rasantes sobre nuestras cabezas, nos acompañaron durante todo el recorrido por este lado de la isla.


Por un camino ascendente alfombrado con una hierba verde y mullida de todo un invierno sin ser pisada, llegamos al punto más alto de la isla, donde encontramos el faro y un helipuerto.

El Faro de Ons es un edificio de 1926 que esta situado en el punto más alto de la isla, a 119 m sobre el nivel del mar, eleva su linterna hasta los 128 m y junto con el de Sálvora, es uno de los pocos que quedan en España aún atendidos por  fareros. Desde este lugar tenemos las vistas más impresionantes de la isla. 

Caminando por el borde del acantilado, teniendo al al derecha el Océano Atlántico, podemos contemplar la isla de Salvora, con Ribeira al fondo y la entrada de la Ría de Arosa.


La vegetación en esta parte alta de la isla, la componen tojos, brezos y retamas que son las únicas especies que pueden resistir la furia con la que aquí golpean los temporales. 



Llegamos a la Ensenada de Caniveliñas, que al ser la parte más estrecha de la isla, hay un sendero que nos puede llevar de vuelta al puerto si no queremos alargar tanto nuestra ruta.
A lo lejos vemos los islotes As Freitosas.



Seguimos bordeando la costa hasta llegar a un desvío a la derecha que nos lleva al Burato do Inferno.
Los continuos embates del mar construyeron esta curiosa formación geológica, excavando la roca hasta formar una gruta y que derrumbándose después su techo, formó un enorme agujero de 40 m de profundidad.

Podemos acercarnos más a la cueva, bajando por unas pequeñas escaleras que nos acercan a su entrada.

Los días de temporal, el mar, al entrar el la cueva, empuja el aire hacia arriba que sale con mucha fuerza por el agujero y emite un curioso lamento que ha dado pie a algunas leyendas. Una de ellas dice que el Burato es la entrada del infierno y los lamentos que se oyen son de las almas allí atrapadas que sufren tormento por sus pecados.

Lo cierto es que es un lugar especial, en el que han colocado unas cruces en recuerdo a la gente que allí perdió su vida.


Volvemos al camino principal. Unos metros más adelante tomamos otro desvío a la derecha que nos acerca al Mirador de Fedorentos, atalaya que nos ofrece una panorámica espectacular de la isla de Onza, las isla Cíes, la Costa de la Vela y la ría de Aldán. Si el día está muy claro, como hoy,  podemos ver Cabo Silleiro detrás de las Cíes.

El nombre de Fedorentos tiene su origen en el "hedor" que a veces inunda el aire de este lugar. La causa esta en la cantidad de algas y microorganismos que el mar empuja hasta depositarlo esta parte de los acantilados, donde se acumulan y se pudren.


Dejamos el mirador, caminamos hacia el norte, para recorrer las playas de la costa oriental de la isla y volver al punto de partida.

Bajando una cuesta, pasamos por al lado de un campamento (cerrado en esta época) y llegamos a la playa de Canexol donde encontramos la antigua casa rectoral con sus tradicionales hórreos y más arriba, la antigua iglesia de la isla con el cementerio.

En este lugar se sitúa el castro aún sin excavar, Castelo dos Mouros, que conserva su estructura defensiva circular. Nosotros, en esta visita a la isla, no lo hemos visto. La próxima vez que vengamos nos dedicaremos a buscarlo porque se nos está haciendo de noche y tenemos que volver a Sanxenxo.



Unos metros más adelante llegamos a la playa de Area dos Cans, donde podemos ver el sepulcro antropomórfico de la Edad Media, Laxe do Grego y al que solo podremos acceder a él con marea baja. 




Llegamos a O curro donde está la nueva iglesia de San Joaquín que no es de estilo gallego sino que tiene un campanario mudejar y  su portada está adornada con azulejos con escenas bíblicas, en color blanco y azul.


Dejamos la isla al anochecer. Durante la travesía hasta Sanxenxo, pudimos disfrutar en la soledad del mar,  de una hermosa puesta de sol sobre la isla de Ons.

En el puerto de la isla hay paneles explicativos para hacer cuatro rutas: La Ruta del Norte, La Ruta del Faro, La Ruta Naturista y La Ruta del Sur. Nosotros decidimos hacer una ruta que las englobara a las cuatro, visitando y recorriendo los puntos más importantes de Ons.

Ruta circular de 11,3 km, fácil, por caminos y arenales.

Para más información sobre la ruta pinchar aquí


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