25 feb 2014

Leyendas de la Isla de Sálvora



La Isla de Sálvora pertenece al Parque Nacional de las Islas Atlánticas, en las Rías Bajas de Galicia, junto con Las Cíes, las Ons y Cortegada.
La Isla es un conjunto de islotes pedregosos con formas curiosas y que con marea alta algunos de ellos quedan escondidos, haciendo la navegación peligrosa por el norte, en el llamado Canal de Sagres.
La leyenda del Hombre de Sagres cuenta el porqué de los nombres puestos a todos esos pequeños islotes.




En la época en la que las tribus de los celtas llegaban por oleadas a las costas de Galicia, antes de su romanización, habitaba en Galicia un pueblo llamado Oestrymnios o "comedores de ostras", considerados como los primeros gallegos.
Cuenta la leyenda que todo el que osara amenazar a esta tribu se convertía en piedra. El rey de la tribu celta de los Seafes, aún conociendo este encantamiento quería invadir el territorio de los Oestrymnios así que pensó librarse de él casandose con Forcadiña, la hija del jefe de la tribu. De este matrimonio nació Noro.  Pero se descubrió su plan y se produjo el encantamiento. El rey de los Saefes se quedo petrificado, convirtiéndose en el hombre de Sagres, una piedra con forma humana que hay en el islote de Sagres; su lengua se partió en siete pedazos, convirtiéndose en el islote de las Setelinguas; su mandíbula se rompió, son las piedras Conles Queixadas y sus muelas son las rocas que con marea baja se ven frente a Setelinguas. Forcadiña y Noro también formaron unos islotes de piedras y las demás formaciones rocosas son los restos de los barcos de los invasores.
Esta es una de las versiones más extendidas. En otras las formaciones rocosas son la propia Forcadiña que maltratada por su marido salta en pedazos, su padre al saber lo sucedido, echa la maldición que alcanza a todos, incluso a los animales que estaban en la isla, convirtiéndolos en piedras, así surgen esas formas tan caprichosas.




La leyenda de la Santa Compaña surge por "los bolos" o las piedras graníticas con curiosas formas talladas por la lluvia y el viento que inundan el paisaje de Sálvora. 
La imaginación popular los convierte en ánimas en pena que van en procesión guiados por un hombre vivo que ha sido condenado a vagar, con una cruz y un caldero, todas las noches, hasta encontrar otro ser humano que lo remplace, al que entregara la cruz y el caldero. De día no recordara lo que ha hecho por la noche, pero ira desmejorando su aspecto, estando cada vez más pálido y delgado.
Para evitar unirse a la Santa Compaña o remplazar a su guía hay que hacer un circulo en el suelo, meterse dentro boca abajo, sin mirar a la cara a los muertos cuando los veamos pasar, que según la tradición es todos los viernes. Salen de lo alto de Gralleiros, en la isla, hasta la playa, para dirigirse a la isla de Noro y pasar allí el fin de semana ocultos en sus cuevas. 


Pazo de Otero - Goyanes (antigua fabrica de salazón)

La leyenda de la sirena Mariña surge para explicar el origen de los antiguos propietarios de la isla, los Otero-Goyanes.
Cuenta la leyenda que el caballero Don Froilaz encontró una sirena en la playa, enamorándose de ella, se casó. Tuvieron un hijo al que llamaron Mariño. Don Froilaz sufría porque su esposa era muda y junto con el abad decidió darle una fuerte emoción a su mujer para que hablara. Un día que ella iba con el niño en brazos, el caballero simuló cogerlo y tirarlo a una hoguera...consiguiendo que la sirena pronunciara su primer sonido.









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